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Implementar metodologías: Técnica, fuerza, alto rendimiento.
Implementar metodologías no es tan sencillo como los libros nos cuentan, pero si podemos adoptar un sencillo approach en tres pasos.
Aitor Gonzalez
1 abr 2025
Org Strategy
Hace varios años comencé a hacer Crossfit. Un deporte que surge de la combinación de otras disciplinas, Halterofilia, habilidades gimnásticas, entrenamiento aeróbico. Engancha fácilmente ya que ofrece la posibilidad de aprender múltiples ejercicios que exigen diferentes dificultades y habilidades.
En mi caso, y es algo habitual, me sentí impulsado a tratar de progresar lo más rápidamente posible. Poder levantar cada vez más peso en cada ejercicio se percibía como la métrica a seguir. Cien libras, doscientas…
Hasta que comenzaron las lesiones. Frecuentes, molestas e incluso inhabilitantes.
¿El origen? La técnica. Una incorrecta ejecución de los movimientos. Castigaba y lastimaba mi propio cuerpo. Querer avanzar más rápido solo hacía que pasara más tiempo inactivo y frustrado.
¿El consejo que recibí? Centrarme en lo fundacional, lo básico. Así lo hice y durante varios meses volví con el objetivo de comprender y dominar al máximo la técnica. Menos peso, más lentitud, más atención.
¿El resultado? Comencé a rendir mejor, cansarme menos en los entrenamientos y levantar incluso más cargas con menos esfuerzo. Una mejor técnica permitía hacer más con menos y sobre todo, de momento, evitar lesiones. Una mayor eficiencia y rendimiento.
Algo similar sucede con las organizaciones. A menudo parecemos tener prisa en levantar el mayor peso posible. Implementamos metodologías o tecnologías esperando obtener resultados inmediatos.
Implementar Agilidad, 4DX, Okrs, mejorar nuestra usabilidad, experiencia de cliente, incorporar Inteligencia artificial… Muchos son los ejemplos donde la presión, y otras causas, han impedido a muchas organizaciones darse la oportunidad de poder mejorar su rendimiento.
Los tres momentos hacia el alto rendimiento
Toda implementación requiere de fases. Atendiendo a la misma analogía, cada una de ellas debería pasar al menos por tres momentos.
Dominar la técnica
Es el momento fundacional. No solo porque implica dedicar tiempo y recursos a comprender la nueva tecnología o metodología.
Es el momento que detona más emociones e incomodidad y exige ser consciente de ellas. Estamos aprendiendo. Es fácil sentirse torpes, lentos, ineficientes o incluso amenazados y generar por ello resistencia a la adopción.
Dominar la técnica pasa por entender requiere entender conceptos: Deconstrucción, repetición lenta y feedback.
Deconstrucción: Todo proceso, método o implantación tiene partes específicas e identificables. Ser capaces de entender dichos momentos facilita poder atender y trabajar cada uno de forma independiente.
Repetición lenta: Dominar la técnica pasa por repetirla. Despacio al inicio, tomando conciencia de cada momento y de su utilidad. La lentitud es una ventaja. Nos permite poner más atención en los detalles durante más tiempo. El objetivo es interiorizar, la repetición inconsciente. La ejecución natural.
Feedback: Reproducir la acción una y otra vez ajustando entre cada una aquellos factores que resultan ineficientes. ¿Qué sucede?¿Qué funciona?¿Qué puede cambiar? Repitamos y ajustamos, primero las partes, después el proceso completo.
Para nuestros equipos por ejemplo, entender el método y sus partes. Si hablamos de agilidad, hablamos de Plannings, dailies, retrospectivas… Tratando de aprender y mejorar una a una. Tal vez tengamos que empezar a tratar de hacer buenos plannings, luego dailies, retros… Poner el foco.
Incrementar la fuerza
Volviendo a nuestro levantador, este es el momento de trabajar con peso y comenzar a realizar repeticiones ya sean de forma general o de nuevo sobre movimientos específicos e ir incrementando la capacidad para repetir con más carga.
En el mundo organizacional, equivaldría a comenzar a ejecutar proyectos al tiempo que se trabaja la capacidad para resolver los problemas e inconvenientes que se van presentando y mientras que conseguimos adaptarla a las condiciones culturales de la propia organización. No todo lo aprendido funcionará exactamente como la teoría indica.
Alto rendimiento/Resistencia
Para un deportista es el equivalente a realizar dichos movimientos en condiciones de presión o alto nivel. Máximo número de repeticiones, a la máxima intensidad por un tiempo prolongado o ejecutar el movimiento hasta el límite de los récords personales.
En nuestra organización es equiparable a por un lado, hablar de deadlines, entregas de valor más elevadas en menor tiempo. Una mejora continua de las métricas o resultados de la organización o el equipo. Por otro lado, a hablar de escala. Cómo podemos impactar en el resto de la organización implementando a velocidad de crucero.
Conclusión
Estos tres momentos son una forma de adoptar un método, pero son también la manera de tomar conciencia sobre en qué punto de madurez está nuestro equipo y cuanta exigencia es aplicable al mismo. Difícilmente un equipo que apenas está en la primera fase podrá lograr lograr sus mejores resultados por mucho que tratemos de acelerar y presionar.
Nuestra experiencia desde bettter es que a menudo encontramos organizaciones que intentado ido rápido y sin embargo, ahora se encuentran lidiando con frustración, y podría decirse que en el banquillo y lesionadas mientras otras organizaciones les adelantan.
Todo proceso necesita su tiempo, y su paciencia, de lo contrario es muy posible que el resultado de la implementación fracase o se quede en un lugar doloroso. Conviene tomarnos el tiempo adecuado y planificar con atención de que manera implementaremos, con que áreas o equipos y finalmente como escalaremos al restos de la organización.
¿Cuál es tu experiencia implementando metodologías o tecnologías? Escríbenos a hello@bettter.co
Importante. Nuestros escritos son el resultado de nuestra experiencia y filosofía de trabajo, así como el resultado de las experiencias de aprendizaje en nuestras vidas y con nuestros clientes. Son vivencias, ideas y provocaciones. Si crees que son útiles para ti, siéntete libre de hacerlas tuyas.
Fotografía por Josh Anaro